Sin embargo, esto no significa que las herramientas « privadas » no puedan tener su lugar en este ecosistema. Por ejemplo, las tecnologías síncronas han ayudado a hacer frente a los desafíos que enfrentan los profesores que no están acostumbrados a la evaluación a distancia. De hecho, permiten recibir información en directo o facilitar la interacción de los estudiantes con su contenido.
La creación de rúbricas de evaluación, que establecen los objetivos de cada curso, facilita también el trabajo tanto de los profesores como de los estudiantes. Se constituyen por una simple lista de verificación, que permite a los estudiantes asegurarse rápidamente de que su tarea contiene todos los elementos que están buscando. Para los profesores, guía la calificación de la actuación, con criterios claros y explícitos.
Por consiguiente, el reto que plantea la hibridación de la enseñanza es evitar el exceso de instrumentos de apoyo, así como la complicación adicional del trabajo de los formadores.
¿Cómo podemos seguir aprendiendo tranquilamente con la enseñanza híbrida?
La enseñanza híbrida no sólo plantea desafíos para los profesores, sino también para los estudiantes, quienes pierden algunos de sus puntos de referencia que los ayudan, a estructurar su día (aunque esto pasa mucho menos cuando se introduce el aprendizaje mixto « normal »).
Al colocar al alumno en el centro de la enseñanza y darle un papel mucho más activo, esta nueva realidad implica establecer sus propias limitaciones, pero también para tener en cuenta el perfil del alumno en lugar de solo un programa bien establecido.
Valorar sus propias reglas
Tomar cursos a distancia puede parecer la oportunidad perfecta para pasar el día en el sofá o para mantener la televisión en silencio mientras se trabaja. Para otros, la ausencia física de un profesor y la falta de seguimiento presencial complican claramente las cosas.
Si bien no hay reglas universales en esta área, los especialistas en la hibridación de la enseñanza aconsejan generalmente adoptar el mismo ritmo que el de un día de clases convencional. Si continúa despertando al mismo tiempo, y se hacen pausas cortas y regulares, generalmente es más fácil mantener su concentración y su productividad.
La clave es conseguir establecer y seguir alguna forma de disciplina con reglas de trabajo. Si es difícil al inicio, el aprendizaje a distancia se convierte gradualmente en una segunda naturaleza. Poco a poco, es más fácil evitar las distracciones (que son numerosas), y centrarse en sus objetivos para conservar su motivación.
Además, la enseñanza a distancia permite a muchos estudiantes elegir sus propias modalidades pedagógicas, especialmente para aquellos que consideran el formato clásico de la enseñanza como no adecuado para ellos (debido a limitaciones personales o profesionales, o simplemente debido a su diferente ritmo de aprendizaje). Por ejemplo, algunas personas prefieren trabajar por la mañana o, por el contrario, al final del día. Otros pasan más tiempo en un punto con el que tienen dificultades.
El contacto con la vida pedagógica
Para mantenerse motivado cuando se aprende en casa, es esencial mantener el contacto con los profesores, pero también con los compañeros de clase. Herramientas como Zoom, Moodle o Jitsi facilitan la comunicación a distancia.
La capacidad de mantener una forma de enseñanza colaborativa, así como los intercambios entre pares, permite, por ejemplo, evitar quedarse demasiado atrás y por lo tanto encontrarse en dificultades.
En consecuencia, sería lamentable suprimir o acortar demasiado las secuencias informales. Estos son los medios para presentarse y/o conversar de su vida personal. De este modo, crean el vínculo y la confianza esenciales para una buena escucha y, por lo tanto, para la eficacia de un curso híbrido.
La importancia de la autoevaluación en la enseñanza híbrida